viernes, 9 de septiembre de 2011

Grigori Perelman se inspiró en Jesús para resolver el problema de Poincaré

Navegando por el blog Asusta2 encontré esta interesante noticia relacionada con el mundo de las matemáticas.




Recordemos que durante el año 2010, el matemático ruso Grigori Perelman fue premiado con un millon de dólares por la Clay Mathematics Institute (CMI), por haber publicado en Internet durante el año 2002 la solución a uno de los 7 problemas matemáticos hasta ese momento sin resolver. 

LA CONJETURA DE POINCARÉ


La Conjetura de Poincaré es una de las hipótesis más importantes de la topología, tanto es así que fue elegida como uno de los “Siete Problemas del Milenio”, seleccionados por el Clay Mathematics Institute de Cambridge.

 

En una 2-esfera, cualquier lazo se puede apretar continuamente a un punto en la superficie. Esta condición caracteriza la 2-esfera. La conjetura de Poincaré extiende este hecho a la 3-esfera, más difícil de visualizar.

El enunciado preciso de la Conjetura de Poincaré es:

Una variedad tridimensional cerrada con grupo fundamental trivial es homeomorfa a la esfera tridimensional.


Perelman, quien seimpre se mostró contrario a dar entrevistas explicó finalmente a una productora cinematográfica publicada por el diario Komsomolskaia Pravda, que cuando resolvió la famosa conjetura de Poincaré, lo hizo intentando comprender cómo Jesús caminaba sobre las aguas.

El famoso matemático, quien afirma estar en “desacuerdo” con la comunidad matemática, habría resuelto uno de los problemas más enigmáticos de la historia de las matemáticas, postulado por el francés Henri Poincaré en el año 1904, y habría renunciado al premio de un millón de dólares que otorga la Clay Mathematics Institute (CMI) por la solución del problema.

“Yo se como gobernar el mundo… Porqué tendría que correr detrás de un millón” – Fueron sus palabras a la hora de rechazar la cuantiosa suma de dinero.

El matemático, de 44 años, que vive con su madre en un barrio periférico de San Petersburgo, trataba de averiguar la velocidad a la cual Jesús debía desplazarce por el agua para evitar hundirse, y sin querer descubrió la solución a uno de los problemas que la matemática no había podido solucionar hasta el momento.

Fuente: La clave del misterio de Poincaré

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