viernes, 3 de junio de 2011

Matemática y Tecnología

Si pensamos en tecnología, seguro que lo primero que se nos viene a la mente es algún aparato complejo, súper novedoso y caro y seguro que tiene un "chip", como ejemplo. En pocas palabras, lo que hacemos es relacionar el término  Tecnología con los objetos técnicos que nos rodean hoy, o tal vez mañana, pero nunca nos detenemos a pensar, en que por ejemplo, si una persona durante sus primeros años de vida cuenta con los dedos, está haciendo tecnología.  O, tal vez si se nos rompe el botón del baño y se realiza un arreglo provisorio con tanza también se está haciendo tecnología. Es decir, TECNOLOGíA es mucho más que aparatos electrónicos y eléctricos, y si miramos hacia atrás en el tiempo, muy atrás podremos ver que es apasionante enterarnos cómo hicieron TECNOLOGÍA nuestros antepasados.



La relación entre las matemáticas y la tecnología:


     La primera relación que es preciso destacar, es que sin matemáticas no hay tecnología, y sin tecnología no hay aplicación concreta de las matemáticas, por lo cual debemos pensar que van de la mano, que se complementan y que esto sucedió siempre, aún en nuestros orígenes.


     La técnica comprende todas las actividades humanas que requieren especialización para la fabricación de productos varios (por ejemplo, los motores, las máquinas y sus partes, y  todo otro tipo de aparatos). El fundamento de la técnica es la matemática, porque todo lo que se construye es proyectado, experimentado, aprobado y perfeccionado con el auxilio insustituible de los cálculos. Hasta un simple hilo metálico, destinado a la conducción de la electricidad, debe tener un espesor en relación con su largo calculado con exactitud para permitir el paso de una determinada cantidad de corriente.


     Pocos pueden imaginar cuantos cálculos se necesitan, por ejemplo, para construir un nuevo tipo de automóvil: el motor debe efectuar un cierto número de revoluciones para alcanzar una determinada velocidad, consumiendo una determinada cantidad de combustible; las ruedas deben tener un cierto diámetro, y la presión del aire en sus neumáticos debe alcanzar un determinado valor. Es necesario prever el grado máximo de temperatura que puede ser tolerado por los materiales, la resistencia del aire que se opondrá a la forma de la carrocería, el tiempo de desgaste de los distintos órganos del motor, etc. En pocas palabras, se necesitan centenares de miles de cálculos para crear un nuevo tipo de máquina de las que usamos hoy en día.

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